domingo, 28 de septiembre de 2014

Opinión sobre la película "La Isla Mínima" o "De repente, el cine español ya no es malo".

No es el primer caso, ni el segundo... Está siendo una constante en los últimos tiempos: el cine español, por algún motivo, de repente ha ganado en calidad. De repente, gusta. De repente, convence. ¿Por qué? Bueno, pues porque está tutelado por empresas (normalmente cadenas de TV) que desean hacerlo rentable... y la forma de lograrlo es que la gente acuda a verlo, no vivir de las subvenciones (aunque también existan). Así, los actores saben actuar, los directores dirigir y el guión cuenta una historia convincente.

Esta "la Isla Mínima" vuelve al "encanto" de los 80 con una ambientación cuidada hasta el detalle (sospecho que alguna matrícula se va un par de añitos de lo que debería, pero se les perdona). Los uniformes, el vestuario en general, los vehículos, la parafernalia (como esas barcas para cruzar los ríos que yo llegué a conocer y que hoy han desaparecido, para bien, sustituidas por puentes menos románticos pero más prácticos).

También muy lograda la sociedad, los personajes, desde los protagonistas hasta el último secundario. Captada la época y la idiosincrasia y hasta los típicos de la época, como el voluntarioso furtivo o los guardias civiles que han de vivir en el pueblo a su pesar.

Lo mejor, como en "Grupo 7", la anterior obra del director, es una historia sólida y bien sustentada, con personalidades complejas, donde nadie es del todo bueno ni del todo malo. Además, cuenta una historia, dura pero entretenida que, a ratos, te tiene con el alma en vilo y que (algo a elogiar) no tiene altibajos. En ningún momento decae o aburre.

Debido a mi profesión, miro con lupa las películas policiales. Ésta ha logrado no anular mi suspensión de la incredulidad. Es un mérito añadido.

La historia tiene el final que debe, con la moraleja que apuntaba. Como debe ser.

La recomiendo.

3 comentarios:

  1. Espero que te entretenga. He de admitir, no obstante, que soy de entretenimiento fácil a poco que se esmeren

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  2. Coincido contigo en que algo parece haber cambiado en una parte del cine español últimamente (no en todo, ni siquiera en la mayoría, lamentablemente) y también en que la razón viene de la mano de una producción privada y más profesional, preocupada en que lo que se va a proyectar tiene que ser de calidad para que retorne el dinero de la inversión y de beneficios.

    Me la apunto.

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