Una de nuestras labores secundarias
de la Brigada de Investigación Tecnológica
es el desmentido de los
"bulos" de Internet, para lo que nos servimos, entre otras
herramientas, de nuestra página en Facebook.
Solemos
recibir mucha información ciudadana tanto a través del formulario web como de
nuestro correo electrónico. Es fundamental para nuestra labor. No podemos
actuar sobre aquello que no conocemos.
Un
día, hace ya tres años por lo menos (el tiempo se comprime en mi memoria, cada
vez más rápido), empezamos a recibir avisos de que existía un supuesto grupo en
Facebook llamado "Ser padre o madre
es el regalo más grande de la vida" y que bajo ningún
concepto debíamos apuntarnos a él, puesto que sus miembros solo buscaban
obtener fotos de los niños a cuyos progenitores tuvieran acceso para sus
abyectos fines.
Es el típico hoax o bulo, de los que hay a miles por la red. Algunos de ellos
datan incluso de la era pre-internet. Otros llevan por ahí dando vueltas desde
que el correo electrónico era el método universal y casi único para que un
ciudadano medio se pusiese en contacto con otros (allá por finales de los años
90) y tan solo se han ido adaptando a las nuevas plataformas.
Son
fáciles de descubrir: no tienen un destinatario concreto, dicen vaguedades
normalmente incomprobables cuando no falsas con descaro que no superan el
mínimo análisis del sentido común. Aún así, hay una gran cantidad de personas
que no se cuestionan nada: se lo creen, lo comparten y así la sensación de
inseguridad subjetiva se sigue expandiendo.
Cuando
recibimos los primeros mensajes, como hacemos con todos los avisos, hicimos las
comprobaciones pertinentes y, como esperábamos, no existía la dichosa paginita
ni lo había hecho nunca.
Ahí
quedó la cosa hasta aproximadamente un año después, cuando los informes que
recibíamos sobre ese bulo se dispararon de nuevo y con elementos extraños: los
comunicadores aseguraban que la página no solo existía, sino que habían estado
discutiendo con sus miembros hacía poco tiempo. Demasiado para no volver a
echarle un ojo: normalmente los hoax
no hablan...
Se
nos quedaron los ojos como platos cuando vimos que "Ser padre o madre..." ahora sí que estaba registrada y
activa en la red social... Claro que no había ninguna ilegalidad en ellos, ni
en la propia web ni en sus administradores, gente sin interés aparente en
menores. Además, el contenido de la misma consistía en los creadores provocando
al personal y cientos de indignados ciudadanos que se habían tragado el bulo
atacándolos verbalmente sin piedad. Vamos, que había sido montada por unos trolls profesionales.
Nosotros
no podíamos actuar, puesto que no existía ningún delito. A los pocos días, como
siempre que aparece algo por el estilo, al efecto
llamada empezaron a atraer pedófilos de verdad, que comenzaron a realizar
las peticiones habituales de intercambiar imágenes de abusos sexuales a menores
de forma pública (sobre todo gente de las Américas, que tienen una sensación de
impunidad bastante marcada). Es decir, el falso rumor había dado lugar al hecho
en vez de lo contrario: que basado levemente en un acontecimiento real, se cree
una leyenda urbana.
A
los administradores se les empezaba a ir de las manos, porque una cosa es hacer
la gracia e indignar a personas que no se molestan en comprobar los hechos y
otra tener a verdaderos delincuentes sexuales aplaudiendo su iniciativa, así
que cancelaron la página y volvieron a sus vidas.
¿Acabó
ahí la historia? En absoluto. El bulo continúa hoy en día (y periódicamente
llega de nuevo), ahora centrado en grupos de whatsapp. Tiempo después, alguien
volvió a registrar la página en Facebook... y ahí sigue, sin que en su interior
se comparta pornografía infantil alguna y con 243 miembros, casi todos del otro
lado del charco.
¿La
moraleja de todo esto? Que el día que la gente se moleste en COMPROBAR primero
y COMPARTIR después, Internet será un lugar más bonito... y más sano también.
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