No es la primera vez que le pasa a alguien de mi entorno, pero sí la primera que me ocurre a mí:
Pongamos que quiero adquirir un libro que me interesa. Que ese libro está en formato electrónico, que me resulta más cómodo que pasar hojas, sobre todo para leerlo de noche sin molestar a nadie.
Ese libro (mala suerte) no está en Lektu, que comprar ahí sabes que te garantiza que todo va a funcionar bien y rápido... así que toca buscar. Lo encuentro en Amazon y El Corte Inglés... Vale, vamos a ello... ¡Oh, no, tiene DRM! ¿Y ahora qué hago?
Pues tenemos dos opciones:
1) Descargarlo de Amazon y pasarme un buen rato con el Calibre quitando drm y adaptándolo para poderlo meter en mi Kobo.
2) Descargarlo de El Corte Inglés, instalar Adobe Rights Management y al final que no me permita leerlo en Kobo...
Mientras tanto, lo busco por Internet y tengo doscientas páginas con el libro a un click, sin pegas y sin conversiones complicadas.
Solución: acabo pagando Y descargándomelo. Tengo que usar la copia pirata porque no hay forma de usar la legal.
Entiendo que, ante esos problemas, el 90% de los ciudadanos elijan la pirata sin pasar por caja.
¿Tan difícil es hacer las cosas BIEN, como Lektu? Tenemos la piratería que nos merecemos, al menos en parte. La persona honesta que quiere comprar tiene mil pegas para hacerlo (es como las amenazas en forma de anuncios cuando compras un DVD original). El ilegal lo tiene todo de cara.
¿Es que estamos tontos?
No hay comentarios:
Publicar un comentario