jueves, 24 de agosto de 2017

COMPARTIR VÍDEOS TERRORISTAS ES SER UN POCO TERRORISTA

De ETA solo le interesaba un mensaje: que dejaba de matar y que se disolvía. No escuché ni uno de sus “boletines”, de sus justificaciones para la barbarie.
Con los yihadistas me ocurre lo mismo. No necesito ver su último vídeo para saber lo que van a decir: que nos quieren matar más, que nos van a subyugar y que vencerán al final. Todos los terroristas dicen lo mismo en todas las ocasiones.
Lo que ya se sabe, no es noticia. Por eso, los medios no deberían hacer mención alguna a sus soflamas. Pero hay más.
Los terroristas, como ya hemos visto, tienen un propósito: que cambiemos nuestro modo de vida. Que nos guiemos por el miedo en nuestras acciones cotidianas. Para eso se sirven de dos herramientas muy poderosas: la acción directa y la propaganda. La repercusión de la primera es obvia. Las muertes traen dolor y consecuencias. La segunda depende de nosotros y solo de nosotros. Porque, de acuerdo, podemos ser personas formadas y frías y no dejarnos llevar por el pánico, pero si hablamos de ellos, si lo compartimos, otros lo leerán y sí caerán en la trampa. Algunos (normalmente los menos listos de su clase) caerán, además, en el odio general al diferente. Y, mira por donde, el DAESH habrá conseguido su objetivo. Sin mover (casi) un dedo.

Por eso, cada vez que hablas de esos vídeos, cada vez que los compartes, estás siendo un poco terrorista (porque siembras el terror). Y lo malo es que muchas veces se hace inadvertidamente, con buena intención.

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