Hoy me ha pasado a mí. Había oído
hablar de ellos pero nunca había visto su desfachatez. A eso de las 18 horas
llaman a la puerta. Extraño, con lo tranquilo que es mi bloque. Salgo a abrir y
me encuentro a un chaval, alto, sin afeitar, de cara alargada con unos papeles:
—¿El
señor de la casa?
—Soy
yo
"¿Acaso
tenía dudas? ¿Es que parezco un niño?"
—Venimos
de su compañía de gas. Supongo que es usted de Gas Natural Fenosa.
"Ah,
que eres de mi compañía de gas pero no sabes cuál es. Muy fina
estrategia".
—¿Puedo
ver tu nombre? —le pregunto, en referencia a la identificación que lleva
colgadita del cuello.
—Hummm
—se lo piensa—. Sí, claro.
Por
supuesto, en la supuesta identificación no figura compañía reconocible alguna
y, por las medidas de seguridad, lo mismo su nombre es falso.
—Mira,
vienes a que me cambie de compañía, ¿no?
Ahí
mira hacia el suelo, levanta las cejas como el gatito de Shrek y murmura, sin
apenas abrir los labios:
—Noooo...
¿Yoooo?
Vamos,
todo su lenguaje corporal estaba gritando lo contrario.
—Conozco
las técnicas y conozco las estrategias. Aquí no cuela.
En
eso, su compañero pasa por detrás y le suelta un "déjalo que no pica" que ha sido la puntilla de mi paciencia. He cerrado la puerta.
Indignado
y dado que estaba en pijama, decido vestirme, puesto que seguían por el edificio,
intentando que cayese algún anciano. Cuando salgo a toda prisa, ya era tarde.
Otro vecino ha decidido echarlos con cajas destempladas y los ha
"escoltado" hasta la calle al grito de "es ilegal, lo que hacéis es ilegal".
Una
pena no haber llegado a tiempo. Me hubiera gustado poderlos identificar y
llamar a un zeta por si sus engaños
derivan en algún ilícito penal.
Recordemos
lo que intentan: quieren que cambiemos de la empresa que nos da el servicio a
una intermediaria, la suya, que nos va a cobrar todos los meses un plus en el
recibo de luz o gas. Además, intentan que dejemos la tarifa de último recursos
(con los precios fijados cada tres meses) por otra más alta, que no nos
beneficia y nos sale más cara (más beneficios para ellos).
No
hay que picar. Lo ideal es llamar a la Policía pero a veces simplemente no hay
tiempo.